¿Qué es crianza positiva?

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Maternar, cuidar o criar son oportunidades para replantearnos nuestros sistemas de creencias que por años sostenemos como verdades, cuestionar estos condicionamientos nos lleva a observar nuestro modo de relacionarnos con la vida. En el tema de los hijos, la invitación es a comprometernos para tomar consciencia de cada palabra, conducta o creencia que les transmitimos como padres o cuidadores.

Desde mi experiencia personal, cuándo me convertí en mamá, decidí no repetir el patrón de maltrato que viví en mi niñez, no es fácil, pues son muchos años programada para vivir de cierta forma y de la noche a la mañana no se pueden ver los cambios deseados, tuve que mantener la calma, la paciencia suficiente y controlarme para no repetir algunas conductas poco sanas que recibí por parte de mi madre, entendiendo que ella lo hizo con el nivel de consciencia que tenía. Al inicio, en mi proceso como mamá primeriza me vi tentada a reaccionar del mismo modo, pero había algo en el fondo de mi ser que me llamaba a la cordura y la autoobservación.

Una crianza positiva es una crianza que aboga al respeto mutuo, a la escucha activa, al amor como primera reacción

Aleja Bustamante

Mi hija hoy tiene 12 años, y contrario a lo que muchos eligen como verdad referente a que los castigos físicos o pelas son necesarias para reprender a los niños, yo difiero con esta creencia, pues elijo creer que una crianza respetuosa trae mejores resultados para su salud mental, emocional y física, que indiscutiblemente son resultados que se tendrán muchos años después, en su adultez veremos entonces todo lo que quedó de ese niño reprimido y no sanado, sus comportamientos y la manera como se relacione con el mundo será el reflejo de sus memorias. No es extraño luego ver adultos llenos de limitaciones y miedos profundos sin resolver.

Una crianza positiva es una crianza que aboga al respeto mutuo, a la escucha activa, al amor como primera reacción, a ser conscientes de lo que pienso, de lo que digo, y de lo que hago. A observar verdaderamente su desarrollo, a estar presentes en cada etapa de su crecimiento. Permitirles expresar y gestionar sus emociones, acompañando y siendo el observador más que una figura superior a ella que está alerta para mandar el golpe ante el primer acto de desacuerdo.

La humanidad está muy motivada por la supervivencia, de estar a toda hora vigilantes y preparados para pelear, puro estrés invadido y memorizado en nuestro ADN, producto de una sociedad establecida por años de autoritarismo y adoctrinamiento. Creo que ya es tiempo de re- establecer esas formas tan primitivas de vivir, creo que es tiempo de cambiar el chip y darle otro significado a la existencia, a cómo nos relacionamos con nosotros mismos, con los otros y con la vida misma.

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Ale

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